Los enfrentamientos han tenido lugar principalmente en la provincia de Tartús, así como en zonas rurales de Latakia.

Durante tres días de combates, al menos 340 alauitas han sido asesinados por el Gobierno de facto sirio en medio de los enfrentamientos entre las tropas del nuevo régimen de Damasco e integrantes de esta rama del islam.

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Las masacres han tenido lugar principalmente en las localidades de Baniyas, en la provincia de Tartús, así como en zonas rurales de Latakia y municipios como Al Qardaha y Jableh, donde estallaron los ataques el pasado jueves.

Videos y fotos en las redes sociales revelan la violencia a la que son sometidos los integrantes de esta minoría chií, quienes son obligados a arrastrarse en el suelo para ser luego ejecutados por las fuerzas terroristas sirias.

Más de 200 combatientes de ambos bandos perdieron la vida en estos choques desde el pasado jueves, por lo que el número total de muertos supera los 540, así lo recogen medios occidentales.

Ante la amenaza del nuevo régimen sirio, los nacionales con sus familias e hijos han tenido que desplazarse hacia la base militar rusa de Latakia, al noroeste del país, donde son resguardados. En tanto, la dirigencia de facto de Abu Mohamad al-Golani amenazó a los alauitas con que entregaran las armas, “antes de que sea demasiado tarde”.

Las fuerzas sirias están mayoritariamente compuestas por excombatientes de la ahora disuelta alianza terrorista Hayat Tahrir al Sham (HTS), la agrupación que lideró la ofensiva contra el exgobierno de Bashar al-Asad y cuyas raíces proceden del Frente Al Nusra, la exfilial de Al Qaeda en Siria.

Estos hechos son catalogados como la mayor ola de violencia registrada en Siria desde el derrocamiento del Gobierno del presidente al-Asad, el pasado diciembre, justamente por grupos comandados por el radical sirio Abu Mohamad al-Golani, líder de HTS y actual presidente del Gobierno de facto.

Ante estos sucesos, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Irak advirtió que la escalada de violencia en Siria exacerbará la crisis y profundizará el estado de inestabilidad en Asia Occidental.

Por su parte, el ministro de Asuntos Exteriores de Irán, Seyed Abás Araqchi, subrayó que “la inseguridad y la inestabilidad en Siria solo beneficiarán a Israel y provocarán el abuso de grupos y elementos terroristas y extremistas”.

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